Del coronavirus a la relación médico-paciente como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad

Todo parece insinuar ya que, en estos tiempos complejos que nos ha tocado vivir, con conflictos bélicos aparentemente irresolubles, políticas e ideologías que generan millones de refugiados en el mundo y tremendas desigualdades sociales (a múltiples niveles), con un cambio climático que parece estar acabando con nuestro mundo “a fuego lento” (pero sin pausa), puede que vaya a ser una enfermedad, que ha adquirido dimensión de pandemia (porque se ha extendido ya al menos 3 continentes), la que pueda marcar un cambio de paso.

¿Será cierto eso de que estamos “condenados a entendernos”? Eso esperamos. La comunicación siempre tan y tan necesaria.

Sea como sea, si algo además resuena en nuestras cabezas en estos momentos es el papel que están teniendo en esta gran crisis los sistemas sanitarios nacionales y, por supuesto, todos los colectivos médico-sanitarios.

Esta semana se está produciendo en nuestro país, tras el halo de lo sucedido en Italia, un progresivo cierre de escuelas, universidades, empresas…. El disparo definitivo del teletrabajo, dicen. Pero mientras algunos estamos trabajando desde casa a la espera de que pase lo peor y se frene el contagio masivo, hay un colectivo que no va a poder teletrabajar de ninguna manera. Y ese es justamente el colectivo médico-sanitario. Y no solo no va a teletrabajar, sino que va a tener que multiplicar de hecho sus esfuerzos más allá casi de lo humanamente soportable. Turnos de guardia que ya se están empalmando unos tras otros para atender a decenas y decenas de enfermos que necesitan ayuda…

¿Y quién cuida al cuidador? Ojalá que esta gran crisis, una vez pase, sirva para volver a poner en valor la importancia crucial de los sistemas sanitarios nacionales y, sobre todo, de la profesión médica y del resto de profesionales al servicio de la salud de las personas, tan y tan maltratados en los últimos tiempos.

En medio de toda esta situación, una iniciativa surgida en el año 2017 justamente en nuestro país (desde el Foro de la Profesión Médica en España) y que pretende conseguir que la relación médico-paciente sea declarada patrimonio inmaterial cultural de la humanidad, está apareciendo en varios medios estos días.

Desde luego, cuando consigamos superar esta pandemia, sería el colofón perfecto y el reconocimiento imprescindible y necesario a tanto esfuerzo, entrega y dedicación.

Y con ello, la constatación de que, una vez más, una comunicación humana de calidad, es absolutamente imprescindible. Por supuesto, desde nuestro quehacer diario contribuiremos en la medida de lo posible a que dicha comunicación se desarrolle plenamente, con todos los medios actuales a nuestra disposición.

Gracias desde ya a toda la comunidad médico-sanitaria por vuestro trabajo siempre mucho más allá de lo esperable.