Marta Pastrana:

“Procesos burocráticos que consumían mucho tiempo en la consulta se han eliminado y cambios que llevábamos años pidiendo han visto la luz en tan solo días”

Soy médico de familia y trabajo en el servicio de Urgencias de Atención Primaria del Centro de Salud de Suances, un pueblo costero de Cantabria.

¿Qué afectación está teniendo para ti la pandemia de Covid-19? 

La pandemia está alterando todos los órdenes de mi vida, supongo que como al resto de ciudadanos. 

A nivel personal, en el hipotético caso en el que yo pudiera separar mi ámbito profesional, dado que toda mi familia y parte de mis amigos son sanitarios, esta crisis está teniendo varios efectos. Por un lado, añoro muchísimo los encuentros tú a tú. Las tan famosas video-conferencias, ni se acercan a una experiencia en vivo con otra persona. Me generan inquietud los posibles efectos que este aislamiento social pueda tener sobre la salud. Las personas mayores de mi familia viven solas. Me muero de ganas por tomarme un café con mi madre a solas, pero no me puedo ni acercar a ella. Mis hijas, mellizas de 12 años, también estos días deben pasar algún tiempo solas en casa (dado que mi marido también es médico). Esta crisis también les está haciendo crecer a ellas y están desarrollando recursos nuevos. Aunque no las vea tanto como me gustaría, noto su apoyo incondicional… cada día a las 20:00h ellas están muy pendientes de aplaudir a sus padres, tíos y abuela en la ventana de casa, y sienten orgullo de hacerlo. También en positivo, diré que siento cerca a la gente a la que de verdad importas, que me hace llegar su cariño y su apoyo constantemente. 

A nivel profesional, la reorganización del trabajo en el centro de salud ha sido completa. La atención al paciente ha cambiado de la noche a la mañana. Los problemas de salud han sido priorizados en tan solo dos categorías: posible Covid y otras patologías. Además, como en otros sectores, el teletrabajo está teniendo un papel relevante: bajas, recetas, sintrones, patologías menores y seguimiento de Covid positivos aislados en casa, se están resolviendo por teléfono. De hecho, hemos creado una agenda específica para los pacientes de Covid positivos: junto al seguimiento telefónico, la agenda incluye también visitas domiciliarias en caso necesario, así como el seguimiento de las altas de hospital (de aquellos pacientes que pueden ir a casa con control médico). De repente, procesos burocráticos que consumían mucho tiempo en la consulta se han eliminado y cambios que llevábamos años pidiendo, han visto la luz en tan solo días. 

Lo más destacable para mí ha sido el sobreesfuerzo ejemplar conjunto de toda la plantilla: enfermería, auxiliares, administrativos, personal de limpieza y médicos. Todos interaccionamos con todos, todos aprendemos de todos y todos nos apoyamos en los momentos de colapso. He descubierto facetas realmente interesantes de mis compañeros de trabajo, un “todos valemos para todo”, que está haciendo más fácil la dificultad a la que nos enfrentamos. 

Se está resintiendo quizás la relación médico-paciente: detrás de los “epis” (equipos de protección individual), detrás de las mutuas mascarillas, desde la distancia a la que les atendemos, con la exploración física tan orientada y en el menor tiempo posible para minimizar la exposición al virus, estamos restando un poco de la atención más personal, que para mí suponía antes parte crucial de mi trabajo. Es una suerte de robotización de la atención, mucho menos humana. Y, aunque hay muchos problemas que sí se pueden solucionar por teléfono, esta manera de proceder, falta del lenguaje no verbal, me genera cierta incertidumbre sobre mis decisiones. A la larga creo que algunas demandas de salud que por esta vía quedan sólo parcialmente resueltas, nos pueden generar más de un quebradero de cabeza a todos. 

Cuando todo esto acabe y puedas retomar tu actividad normal, ¿qué cambios crees que vas a realizar de forma inmediata, en el corto plazo? 

Quizás por mi trabajo, o quizás por mi actitud innata hacia la vida, yo ya disfruto mucho de las cosas cotidianas. Para mí cada día es un regalo, y esa visión no creo que me vaya a cambiar. Desde luego, sí que voy a saborear más conscientemente aún, las relaciones personales. Tengo un montón de abrazos pendientes. 

A nivel profesional, espero que este espíritu de colaboración haya llegado para quedarse y que el trabajo que hoy hacemos entre todos los miembros del equipo, aportando cada uno su diferente talento, no vuelva a parcelarse. Creo que tenemos que sacar esa consecuencia positiva y seguir trabajando todos como piezas de un reloj, porque esta nueva manera de funcionar ha demostrado que suma capacidades diferentes, evita caídas de miembros del equipo que a priori parecen más débiles, estimula la creatividad de todos para sacar recursos de dónde parece que no los hay y crea un sentimiento muy fuerte de pertenencia a un equipo. Nos ha hecho creernos invencibles como equipo. 

Como ejemplo, ante la escasez de “epis”, las limpiadoras de mi centro han confeccionado en su casa batas impermeables con los plásticos que un taller nos ha regalado. Y las pediatras han confeccionado pantallas de protección facial con acetatos. Y todos, voluntariamente, hemos prolongado nuestras jornadas lo que está haciendo falta, sin esperar a cambio ninguna remuneración extra, solo motivados porque nadie del equipo se enfrente solo o en malas condiciones a una sobrecarga de trabajo. En este sentido (y solo en ese), me parece que vamos a tener que dar las gracias al Covid. 

¿Y qué cambios u oportunidades vislumbras en el medio y largo plazo en tu sector que tú personalmente puedas aplicar? ¿Qué te propones hacer tú en particular en tu ámbito de responsabilidad? 

Como médico de urgencias de un pueblo relativamente pequeño en invierno (no en verano, dado que recibimos una cantidad significativa de turismo), creo que la forma conjunta de trabajar con los médicos de la mañana ha llegado para quedarse. Beneficia al paciente. También la priorización de los problemas de salud es importante y espero que el personal de enfermería continúe en esta línea de trabajo. La atención telefónica, bien implementada, sin correr ningún tipo de riesgo, me parece muy interesante para poder dedicar más tiempo a pacientes complejos que lo necesiten y no tanto a la burocracia que acompaña nuestro trabajo. También creo que las medidas extra de protección que estamos asumiendo, deben quedarse. Todo este tipo de nuevos hábitos de limpieza redundan en más salud para todos. 

En definitiva, ¿cómo crees que tu sector debería transformarse para volverse resiliente en el futuro? ¿Qué alternativas vislumbras, más allá de la socorrida (y no siempre efectiva) “reducción de costes”? 

Justamente hemos visto que la reducción de costes en salud es un grave error. A nivel individual, yo únicamente puedo apoyarme en mi Colegio Profesional y ser parte de una voz colectiva que reclame mayor inversión en una sanidad pública de calidad, con los suficientes medios. Sobre todo, en la Atención Primaria, que es la que soporta el 80% de los problemas de salud, con un presupuesto cada vez más recortado. 

La Atención Primaria ya ha demostrado ser muy resiliente, antes incluso de esta crisis. Y con la emergencia estamos realizando una extraordinaria labor de contención y cribado que, de no existir, colapsaría completamente los hospitales. Insisto, el 80% de los infectados está aislado en su casa y con seguimiento por su médico de familia.

Probablemente, tenemos una clara oportunidad para reorganizarnos y repartir mejor las tareas que competen a cada colectivo a nivel de Atención Primaria. Creo que ésta es la clave. Pero exprimirnos más en cuanto a dedicación es complicado, estamos completamente extenuados. Reclamamos estar dónde se toman las decisiones de salud que nos afectan a todos.